EL PILAR DE LA HERMIDA

La verdad que no tenía pensado escalar este fin de semana; además de volver de Madrid el viernes relativamente tarde, a eso se le añadía que había estado toda la semana con muletas y además estaba empezando a sentir varios síntomas y principios gripales. No obstante, como se trataba de la salida que habíamos organizado los nuevos "reequipadores" de Txurdi, el viernes nada más llegar a Bilbao, preparé la mochila y me fui yo solo hasta el desfiladero de la Hermida, en el que se supone que ya estaba todo el mundo y que tras unas cervezas y un bañito en las termas íbamos a pasar un fin de semana de montaña. Aaaaaay pobre de mí cuando llegué... ¡qué iluso! ya se había rajado todo el mundo, y en el bar del pueblo no me encuentro más que con Álvaro, Juan y Jonbe, que habían ido a Cicera a hacer deportiva, pero que se marchaban ya el sábado, y con Ieltxu, Lucía y Haizea, junto a quienes iba a pasar el fin de semana, ¡los 4 gudaris!

Pues lo dicho, después de tomar unas birritas y de bañarnos, nos echamos a dormir. El plan para mañana es el siguiente: Ieltxu y yo vamos a madrugar bastante (pues va a llover a la tarde) y subiremos a Peña Llaneces a escalar el mítico y atractivo Pilar de la Hermida. Lucía y Haizea por otro lado, se van a las placas de Lebeña a hacer deportiva.

A las 7 de la mañana del sábado Ieltxu me pega un fogonazo con el frontal que casi me dejó KO: "Por favor que sea la Guardia Civil, que me multen pero que me dejen dormir" pensaba yo... jajajaja. Salgo del coche y poco a poco comenzamos a preparar el desayuno, organizamos el material y emprendemos el rumbo hacia El Pilar de la Hermida. La verdad que la aproximación es bastante cómoda, sin embargo mi cojera no nos permite ir a muy buen ritmo, y a eso de las 9.30 estamos a pie de vía.

Ieltxu y yo antes de emprender la aproximación a la pared

El primero de los largos consiste en una trepadita sencilla de III grado hasta un árbol en el que se monta la primera reunión, para ir más ligeros, nosotros subimos en zapatillas y sin encordarnos y nos atamos al árbol bajo el V+ del L2. Nos repartimos el material y ¡comienza la escalada!

Ieltxu llegando a la pared
El V+ se trata de un largo bastante evidente, con muchas posibilidades de protección. La R se monta sobre un spit que hay que reforzar.

Ieltxu comenzando a escalar

Yo dándole al segundo largo

El tercer largo (6a) tiene una tónica muy similiar a la del anterior, escalada cómoda hatsa la parte superior que es donde se concentran el grado del largo y que además se encuentre muy bien equipado con 3 clavitos. Reunión sobre dos spits.

Yo empezando el tercer largo

Ieltxu en el 6a

El tercer largo es un IV+ muy sencillo que va con tendencia a izquierdas, la reunión nuevamente son dos spits.

Yo llegando a la  R4

El cuarto y quinto largo nosotros los empalmamos, si se chapan bien las cuerdas no debería haber problema de rozamiento. La escala comienza en travesía hacia la derecha quizá un poquito hacia abajo, pero mínimamente. Después de girar, toca una sección de unos pasitos traviesos de diedro en los que se puede proteger bastante bien y a partir de aquí empieza el verdadero disfrute: un  muro lleno llenísimo de agujeracos enormes en el que a mi por lo menos se me olvidó meter ningún cacharro de lo que iba disfrutando. La reunión son dos spits verdes, pero Ieltxu y yo como íbamos a empalmar, seguimos ahora hacia la derecha en busca de un cortito y fácil diedro a los pies del sexto largo. R dos spits, nuevamente.

Al inicio del cuarto largo

Yo en la travesía

Ieltxu llegando a la quinta reunión

La siguiente tirada se supone que es la más dura de toda la vía (en el croquis viene cotado de 6a+) y consite en un corto muro ligeramente desplomado con un spit, un puente de roca y un clavo. La verdad que es suficiente, no es necesario proteger nada más, por lo que no se trata de un largo muy expuesto. La reunión es un clavo a reforzar.

¡R6 a cañón!

Ieltxu sufriendo el L6

Saliendo de esta reu en recto hacia arriba (V) se llega hasta un diedro fisurado en el que los cacharros entran a cañón. R sobre otro clavo a reforzar también.

Yo subiendo por el séptimo largo

El siguiente largo se empieza por una fisurita muy estética en la que los alien van finísimos. A mitad de largo yo me encontré un puente de roca (sin equipar) y donde termina el pilar monté la R sobre otro puente de roca (sin equipar también) y un Camalot del 1.

Yo al inicio de la fisurita

Desde aquí en dos largos se termina la vía. La verdad que nosotros no teníamos muy claro por donde subir, pero al tratarse de dos IVs, fuimos un poco a lo loco. Hicimos reunión intermedia en un árbol y después por una gran fisura a tope de cuerda hasta finalizar el mítico Pilar de la Hermida.

Ieltxu en el anteúltimo largo

Yo en el último diedro-fisura

El Pilar de la Hermida conquistado

Para bajar hay dos opciones, si bajamos hacia el oeste tenemos una pateada de 4 horas hasta el coche, por el contrario si nos dirigimos hacia el este, llegaremos a un farallón de roca roja al inicio de una canal en el que un palo con un CD nos indicará que estamos en los rápeles de bajada... vaya mierda de rápeles... casi tardamos más en bajar que en escalar la vía. Son 4 rápeles por una campa con un montón de piedras sueltas en la que las cuerdas se enredan a la mínima. Ojo porque el segundo rápel está en un árbol y la tercera reunión se encuentra en la pared opuesta y es fácil saltársela.

Una vez en el suelo, en una hora más o menos estaremos de vuelta en el coche, pero ya el pie me duele demasiado, así que a nosotros se nos alargó poquito más. Sumado a esto hay que añadirle que en mitad del camino nos cogió la chaparrada y que ya nos acompañó ya hasta el final. Vamos, según lo previsto, menos mal que somos tíos precavidos y ambos llevábamos el chubasquero.

Vuelta al pueblo, o mejor dicho al bar, como no, nos tomamos un par de cervezas mientras esperamos a Haizea y Lucía, vamos a preparar unos buenos macarrones (llevamos todo el día con tan solo el desayuno y un mísero dátil reseco...) y después hoy sí: merecido bañito en las termas.

Pasándolo mal en las termas

Foto de equipo después de un largo día

Al día siguiente nos despertamos sin prisa, desayunamos los 4 juntos y fuimos al puente de Lebeña a hacer un poco de deportiva, pero sin apretar, lo que viene siendo escalada placer, jeje. Después de estar otro ratito a remojo en la termas de la Hermida, recogemos todo y vuelta para Bilbo, mañana toca currar.

En conclusión: el fin de semana ha estado de lujo. El Pilar de la Hermida es una vía larga y disfrutosa. Aunque fácil, no hay que olvidar que se trata de una clásica de los Cholos, y ya sabemos como se las gastaban estos tíos... el mejor largo tanto a Ieltxu como a mi nos ha parecido el quinto, ese murito lleno de agujeros, guapísimo la verdad. En contrapartida, mencionar que la bajada es bastante tediosa, pero bueno, con la pata chula es lo que toca. Aquí como siempre un intento de dibujar el camino seguido para realizar la vía, espero que a alguien le sirva de ayuda.

Croquis de la vía